27.11.05

... a mí me duelen los pies...


zapato
Originally uploaded by oscaredu5.
Siempre he creído que el amor es como los zapatos.
Primero los ves allí, en el escaparte, y piensas: "Qué bonitos son!" o " me vendrían muy bien" o "creo que son lo que andaba buscando"... Y te los compras porque te gustan y apuestas por ellos. Sin embargo, una vez en casa, puede que pasen una de estas tres cosas:
1.- Te van a la perfeccón, son preciosos, se ajustan a tus necesidades y además son comodos y a todo el mundo les gusta. Se convierten en tus zapatos preferidos.
2.- Los primeros días van bien pero, al poco empiezan a dolerte, te hacen heridas y te molestan mucho pero, como son lo que has elegido y lo que andabas buscando y además tienes mucho sentido del sacrificio, decides aguantar. Y al final la recompensa; consigues que se adapten a la perfección a ti y se convierten en tus zapatos preferidos.
3.- No hay forma de aguantar eso. Te duelen cada vez que te los pones, te hacen heridas y te sangra. Tristemente te das cuenta que por mucho que te gusten no son para tus pies. Pero aún así les das una oportunidad, con mil tiritas y después de llevarlos al zapatero, pero nada. Sabes que no son para ti y, con dolor y melancolía los guardas, quizá con el tiempo... De momento esos, tus zapatos preferidos, no te los puedes poner.
Realmente creo que es así. Y a mí aún me duelen los pies d emis últimos zapatos. Estaban hechos para mí, pero no pude con el dolor. Están guardados, quién sabe, quizá con el tiempo...
A veces los contemplo y me alegro de verlos tan bien, aunque sean en otros que no son mis pies.

*óscaredú*

8 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

Que preciosa, pero a la vez terrenal, metáfora del amor. También es una excelente metáfora aplicable a la vida misma.
A esta clasificación yo añadiría aquellos zapatos que te encantan pero que no te atreves a probar: porque crees que no estan hechos para ti, porque te falta valentía para llevarlos (aunque te encantan no te ves con ellos o crees que los zapatos rechazarán tus pies), porque tienes algun otro zapato con el que no quieres o no puedes romper o simplemente, y creo que quizás es mi caso, porque piensas que tus pies no estan a la altura de tales zapatos. A veces piensas que mejor tener esos zapatos sin usarlos, es decir, como si fueran de colección (porque ello significa que la relación puede ser de larga duración, como la amistad), aunque te encantaría tenerlos calzados de día i de noche. Crees que tus pies no pueden ofrecerles a esos zapatos lo que se merecen (sobretodo porque ya estan calzados, aunque con agujeros en la suela y con poco futuro. Quizás esos zapatos estan en el escaparate hace mucho tiempo ya y, aunque les cueste reconocerlo, estan ansiosos de ser calzados.
A veces piensas que esos zapatos no necesitan pies y simplemente quieren lucir por si mismos, otras en cambio, esos zapatos quieren pero no se atreven a pedir aquellos pies que tanto necesitan para poderse quitar el relleno de papel y cartón que tienen y poder finalmente sentir el calor de unos pies entregados.
Yo pienso que si tus pies estan estropeados (tienen callos, estan atados con otros zapatos, tienen problemas de estabilidad porque el tacon se despega...), quizás debes ser cauto y no desestabilizar la vida de unos zapatos nuevos, ilusionados y con ganas de vivir. Al menos debes dejar que tus pies se recuperen para poderles dar a esos zapatos todo aquello que se merecen. En estas circunstancias, en las que deseas unos zapatos pero no crees que tus pies sean AUN para ellos, lo mejor es pasarte cada día por delante del escaparate e ilusionarte como un niño mientras los ves como lucen en la pasarela de los focos y las estrellas. Como máximo puedes proponerte ir a probartelos pero sin comprar-los, así ni los deformarás ni los estropearas como ya lo estan tus pies. El problema es si pasan de moda y los retiran del escaparate o de la venta, las relaciones se enfrían. Ahora debo curarme las heridas como tú y decidir si me lanzo o no, aunque siempre queda el miedo de que los zapatos no toleren el sudor de tus pies, un sudor que también es una metáfora de les dificultades de la vida.
Zapatero, a tus zapatos!!!! (Maragall dixit)

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Óscar Edú y Silvia Alabart said...

He de darte la razón. Me parece muy acertada tu observación y es cierto, se puede aplicar a la vida misma.
Soy de los que cree que uno ha de ser valiente y ponerte esos zapatos, puede que luego te hagan daño pero, amigo, que bien lucieron es ti esos minutos, que bien te sentiste y que feliz fuiste ese ratito, sólo por eos creo que vale la pena.
Besos, seas quiéns seas, me ha encantado tu comentario.

*óscxaredú*

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Sandra said...

Jodida mierda, qué gran verdad...

No comment...

viernes, 02 diciembre, 2005  
Blogger Óscar Edú y Silvia Alabart said...

jajaja!
sí así es y sé que tú sabes de qué estoy hablando...

Besos guapi!

*óscaredú*

viernes, 02 diciembre, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Y qué me decís de los zapatos ortopédicos???

domingo, 04 diciembre, 2005  
Blogger Óscar Edú y Silvia Alabart said...

Jajaja!!! Los zapatos ortopéticos!! Bueno, supongo que tiene que haber de todo...
Sí, querido Gus, cuando vas al zapatero... mal vamos! Es cierto, supongo que es un hierro ardiendo al que nos agarramos.. no sé.

Besos!

lunes, 05 diciembre, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Si señor, estais "sembraos" todos.
Yo también sé a qué/quién te refieres Os, isn´t it? Besos. Queen.

miércoles, 14 diciembre, 2005  
Anonymous Anónimo said...

ooooooooohhhhhhhhhhh!!!!!! k maco óscar!! mha agradat molt akesta versió teva de veure la compatibilitat en parelles!! En serio,molt,molt,molt!! jo ultimament tinc pok èxit amb les sabates, com k fins ara anava amb preses per la vida nomes em fixava en si eren boniques per fora no en si eren còmodes...ai! per fi akestes sabates son totes a la BASURA!!! un petó KEKA

lunes, 06 febrero, 2006  

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