y a veces pienso que...

18.11.07

SOMOS CEBOLLAS

He estado pensando mientras cocinaba...
Somos como las cebollas...
Primero nos quitamos la piel más fácil, esa que no cuesta, la superficial, esa que pasa de niños a adolescenstes y que, sin darte cuenta, un día te la has quitado. A partir de ahí todo es más complicado...
La segunda piel está más pegada que la primera y empiezas a darte cuenta que la primera (la infancia), no era para tanto, que la adolescencia es la peor época. Según empiezas a quitar la piel de la adolescencia, los ojos, empiezan a picar, a esocer, empiezas a querer parar, a no crecer; "si esto es lo que me espera, prefiero la piel fácil... no sé si queiro seguir pelando...".
Has sacado la piel y te tomas un descanso porque los ojos ya se han humedecido. Cuando decides retomar la aventura te das cuenta de que cada piel es más difícl, al menos ésta es más complicada de sacar y escuece más, mucho más... Es entonces cuando sabes a ciencia cierta que el resto del proceso de pelar o "madurar" va a ser cada vez más duro y cada vez llorarás más.

Ya queda poco, queda esa piel que está tan pegada al corazón de la cebolla, que a veces arrancas más de la cuenta y hace daño... tus ojos no están humedecidos, simplemente estas llorando. A veces la vida te arranca más piel de la cuenta; amores, salud, trabajo y lloras y lloras...
Cuando ha acabado el proceso y ya te has secado las lágrimas recapacitas; lo has pasado mal, pero el resultdo ha valido la pena, así que no te lamentas y vas a por otra cebolla.
Sí, somos como cebollas, o quizás las cebollas, sean como nosotros...
óscaredú